jueves, 20 de diciembre de 2012

VIGILIAS EFÍMERAS, de Sergio Coello


Un conductor al servicio exclusivo de un millonario hecho a sí mismo. Un marido traicionado que se enamora de quien no debe. Una novelista principiante premiada en un concurso que encierra una maldición inevitable. Un pícaro que recuerda a Guzmán de Alfarache puesto al día en la sanguinaria factoría de Quentin Tarantino. Un escritor de éxito acosado por alguien que se esconde dentro de la propia cabeza del amenazado. Así son los personajes que transitan por "Vigilias efímeras", la colección de relatos que Sergio Coello presenta agrupados bajo este título. En el fondo, se trata de una continua reflexión sobre la muerte en unos tiempos ─los nuestros─ donde la vida sirve para poco más que apostarla a todo o nada. Y donde no parece haber culpables e inocentes, víctimas y verdugos. O quizá sí los hay, pero todos ─viene a decirnos su autor─ somos una cosa y la otra.

"Vigilias efímeras" ofrece unas cuantas historias, luminosas y turbias a la vez, en la voz de un escritor que aprovecha algunas claves del “género negro” para ofrecernos su dominio del idioma cuajado de metáforas brillantes. También para mostrar su rechazo de una sociedad empeñada en triturar al individuo con sus numerosos mecanismos de presa y zapa. Leyendo este libro uno acaba preguntándose si el mundo no será un decorado fijo ante el que los seres humanos paseamos nuestros demonios interiores envueltos en una soledad irremediable.
“Es verdad que soy poeta por la gracia de Dios o del Demonio, pero también gracias al dominio de la técnica y al esfuerzo para darme cuenta de lo que es un poema”, dejó escrito el insuperable García Lorca. Puede que el estilo de Sergio Coello también sea producto de la gracia de Dios y del Demonio. O puede que no. Sí parece ser fruto del esfuerzo de un escritor por conocer qué es y cómo se construye una buena historia.
Editorial: Ediciones Atlantis.
Genero: Relato Breve.
242 Páginas

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