domingo, 10 de enero de 2016

LA ESFERA DEL TIEMPO, Juan P. Vidal (Reseña)

En tan solo un instante, una breve sucesión de segundos, el mundo que nos rodea, el que creemos conocer y en el que nos sentimos seguros, puede desaparecer. Eso le sucede a la protagonista de La esfera del tiempo, Leire.

Absorta en las sensaciones que la melodía de Tannhäuser, una ópera de Wagner, le transmitía, Leire no pudo escuchar los gritos desesperados de Inés, su madre, mientras le rogaba para que arrancase el motor de la pequeña embarcación, en la que disfrutaba de unas horas de descanso.

Separadas por una distancia imposible de recorrer a nado, Inés no dejaba de mover los brazos con desesperación buscando la atención de su hija. Temeroso de que los gestos de la mujer alertasen a la patrullera de la Guardia Civil que se acercaba al lugar, Kevin, su pareja, arrancó el motor y se alejó de allí, ajeno a las protestas de Inés, poniendo rumbo a las costas de Marruecos, aunque sus pasaportes no estaban en regla sabía que resultaría más sencillo sobornar a la policía de ese país que a la española.
La detención de Leire transformó sus inocentes veinte años, en una madurez triste y sombría. Los días sin noticias de su madre, la incertidumbre ante un futuro cercano, que si nadie evitaba se convertiría en años de cárcel, la ausencia de todas las personas que de un modo u otro formaban parte de su vida, vaciaron su espíritu.
Desesperada por no tener noticias de su hija, Inés contrata a Andrés Santaella, un abogado sin moral dispuesto a venderse al mejor postor, para que la saque de la cárcel y del país, y así poder reencontrarse, ya que ella sabe que si pisa territorio español será detenida.
Egoísta y manipulador, Andrés juega con los sentimientos de Leire a su antojo hasta que la muchacha desaparece de su vida.

Veinte años más tarde, en un viaje de negocios a Nueva York, Andrés entra por casualidad en una librería cerca de Union Square y descubre, en una de las estanterías la foto de Leire en la contraportada de un libro.
Incapaz de contener su curiosidad Andrés comienza la lectura de las primeras páginas. Su asombro no podrá ser mayor al ver plasmada, en aquellas páginas, la escena de su primer encuentro con Leire cuando acudió a la comisaría a pagar su fianza.
Sin dejar la lectura, Andrés regresa al hotel para descubrir una realidad de su pasado que desconocía y que, sin saberlo, condiciona su presente y su futuro.

En el desarrollo de la trama, su autor trabaja la primera persona en la mayor parte del texto, logrando dar más fuerza a las escenas importantes que marcan la dirección de la historia y que hacen llegar las sensaciones con más intensidad al lector. Para dar voz en primera persona a los actores utiliza el recurso narrativo de las cartas en varias ocasiones, sobre todo como forma de comunicación entre las tres mujeres protagonistas, que separadas por diferentes circunstancias vitales tienen que sincerarse a través de este sistema. Gracias a estas misivas conoceremos secretos del pasado de Inés y de Leire que dan explicación a sus comportamientos y a su forma de ser.
Otro elemento original de la historia es la forma en la que  Andrés se entera de todo lo sucedido en la vida de Leire, a través de un libro, que el devora a cada instante. Entremezclando con la lectura del texto, el protagonista masculino va analizando las frases que han afectado a su vida, en varias situaciones y escenas las casualidades en la vida de Leire les han unido, incluso sin él saberlo, siempre con un vocabulario y unas frases que obligan a la complicidad con el lector.
Intensa y en algunas escenas, dura, la historia se centra sobre todo en los personajes femeninos, en sus vivencias y en la forma que éstas marcan sus decisiones y su vida. Las tres deben superar experiencias muy parecidas, en momentos críticos de su existencia, tomando caminos y decisiones diferentes en cada caso.

Hay momentos en la lectura en el que los rápidos cambios de escena y la falta de introducción en los momentos iniciales del capítulo, el autor introduce la trama sin mostrar a los actores hasta que no han pasado varios párrafos, pueden llevar a un sensación de pérdida momentánea que se solventa de forma rápida al continuar leyendo.
Con un final abierto, al autor decide ceder la palabra al lector a la hora de resolver las últimas dudas vitales de los protagonistas y marcar, en su imaginación, el final que a cada uno le hubiese gustado que tuviesen.

La esfera del tiempo nace de la imaginación de Juan P. Vidal. En la solapa del libro poca información podemos encontrar sobre él. Residente en Brooklyn, Nueva York, desde hace ocho años. Licenciado en filosofía y en economía, La esfera del tiempo es su segunda novela, después de Los sueños de la memoria (Pàmies, 2014).

Una lectura interesante para quienes disfruten analizando las consecuencias de las acciones que llevamos a cabo a lo largo de nuestra vida y la forma, en la que las mismas, pueden condicionar a quienes nos rodean.

Ediciones  Pàmies
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